- Un maridaje perfecto
- Lola y el sueño millennial
- El romance predecible
- La verdadera identidad de Max, y los principios de Lola
- Las oportunidades
- ¿Vale la pena «Un maridaje perfecto»?
Un maridaje perfecto
Un maridaje perfecto es la nueva película protagonizada por Victoria Justice (Victorious), de Netflix. En una comedia romántica, la actuación de Victoria es bastante acertada, consiguiendo que al fin vuelva a ser relevante.
Esta actriz, pese a los problemas que tuvo para conseguir papeles después de Nickelodeon, estos últimos tres años ha vuelto a la pantalla. En “Un maridaje perfecto”, regresa a su faceta de chica soñadora, encantadora, divertida y, ante todo, ingenua. Nada que no hayamos visto en las series en las que estuvo en su adolescencia.
De cualquier manera, “Un maridaje perfecto” llega como otra comedia romántica, de esas a las que ya nos acostumbramos. Todo comienza con una trama que carece de mucho sentido, sigue con el enamoramiento, y termina con un final feliz.
Lola y el sueño millennial
Muchos han descrito al personaje de Lola, la protagonista, como “la típica millennial”, esto debido a su forma de actuar. Estando en una gran empresa, de algo que le gusta, decide irse a la primera en que algo sale mal.
Cuando una compañera de su trabajo roba una de sus ideas, ella decide que eso es suficiente para abandonarlo todo. Sin pensarlo dos veces, renuncia, afirma que abrirá la mejor empresa del mundo y se va al otro lado del planeta.
Ya en Australia, sin ningún plan realista, con unas pocas ideas que ella misma considera buenas, y un único posible cliente, nada se ve bien. Sobre todo cuando, al llegar, la empresa que ella creía que le daría una oportunidad, obviamente la rechaza.
Avergonzada, y sin ningún plan de respaldo, Lola no ve mejor opción que ofrecerse para ser empleada temporal en la granja. Todo esto, con la intención de demostrar lo mucho que se esfuerza, y que quiere conseguir el contrato.
Claro que, no es como si arreglar algunas cercas, y contar ovejas, tenga algo que ver con crear una empresa de vinos desde cero. Aun así, sigue con sus esperanzas ingenuas, a la vez que nos da escenas de comedia en la que cae al barro, o cuando persigue ovejas.
El romance predecible
Mientras Lola trabaja con las ovejas para mostrar su valor, se encuentra con Max, el típico hombre guapo, misterioso y fuerte. Él se presenta como un trabajador más, y al verla tan perdida en sus labores, acepta ayudarle y enseñarle.
Es así como poco a poco se van volviendo cercanos, con Max apareciendo en los momentos oportunos para el guion. Pese a esta ayuda constante, Lola no para de cometer distintos errores que solo buscan hacer reír de forma fácil a la audiencia.
Es el caso cliché de la chica de ciudad que debe adaptarse a la vida del campo, solo que con los paisajes de Australia. Por su parte, Max la invita a acompañarlo a la ciudad, y a otras actividades, demostrando interés.
Aquí, un punto bueno en la película, al no querer complicar demasiado el romance, y simplemente volverlo disfrutable y ligero. Todo se desarrolla de un modo muy natural, de tal manera en que podemos ver la química de los personajes y saber que irá bien.
Pero, por supuesto, los conflictos no podían faltar para hacer entretenida esta película.
La verdadera identidad de Max, y los principios de Lola
No es muy sorprendente enterarnos de que Max no es un simple empleado, sino el hermano de la dueña de la empresa, con mucho dinero. Su razón para esconder su identidad, se debe a que no quiere que las personas se acerquen a él solamente por su apellido.
Es una razón que puede sonar lógica, pero que es demasiado conveniente, y cliché, como para que lo tomemos del todo en serio. De cualquier forma, al ser Lola alguien con sus principios muy definidos, se siente insultada y atacada con este hecho.
Ella se aleja de él argumentando que él la creía una interesada, molesta al pensar que pudo dar esa impresión. Aunque, la realidad es que Max lo oculta a todo el mundo, más por costumbre que por otra cosa.
Pasa un buen rato hasta que al fin Max puede demostrar lo que siente, ya a finales de la película, solo para dar el cierre.
Las oportunidades
Como siempre, a la protagonista le caen las oportunidades del cielo, por lo que su ex-jefe llega hasta Australia a pedirle que vuelva. Lola, aunque si llega a pensarlo un poco, se mantiene firme en su sueño de fundar su propia empresa, por lo que rechaza esto.
Sintiendo que ya no puede hacer nada en ese lugar, se regresa a Los Ángeles, busca otros potenciales clientes, y cierra tratos. Es así como, en los últimos minutos, la vemos como una empresaria, dándolo todo en una oficina.
Es entonces que aparece Max, mostrándole cómo convenció a su hermana de seguir sus consejos, y así aumentar las ventas. Al ver que no perdió el tiempo después de todo, termina feliz, con su nueva pareja, y una empresa exitosa.
¿Vale la pena «Un maridaje perfecto»?
Un maridaje perfecto es el tipo de película que verías una noche con una copa de vino, o al menos así la promocionan. Es todo lo que esperamos de una comedia romántica de Netflix, no hay que buscarle mucho sentido.
Al contrario, si pasas por alto las inconsistencias, conveniencias del guion, y demás, puedes llegar a divertirte bastante. No obstante, no es el tipo de película que llegaría a ver más de una vez, ni la que se mantiene por mucho tiempo entre las más vistas.
Un maridaje perfecto, empezar desde cero sin un plan realista
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2020-01-10
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